¿En alguna ocasión nos hemos preguntado por qué los langostinos son tan económicos? La mayor parte de los langostinos que se consumen en Europa son cultivados de forma artificial y excesiva en Brasil, Ecuador, México, China, Tailandia y Venezuela. Se calcula que un 30% de la cosecha a nivel mundial de los langostinos procede de la acuicultura intensiva que se realiza en piscinas o depósitos con intención claramente comercial, con el propósito de controlar en su totalidad la cría de las especies y el espacio de cultivo. No sólo se producen langostinos de este modo, también se desarrolla con gambas, salmón, atún…Esta actividad practicada en los países anteriores se concentra en los manglares.
Los manglares son bosques tropicales de una belleza extraordinaria, emplazados en zonas con escasas mareas y protegidos del oleaje, que viven en agua salada en bahías, lagunas y cerca de la desembocadura de los ríos, por lo que también se desarrollan en agua dulce. Sus raíces no están enterradas en el suelo lo que permite que los árboles respiren aire en un entorno pantanoso, y tienen forma de zancos que les faculta para aferrarse a suelos irregulares.
Los manglares constituyen un ecosistema muy preciado y tienen un alto valor ecológico y económico. Sus raíces son el hogar donde habitan y se refugian un gran número de peces, mamíferos e invertebrados. Cobijan a aves establecidas en ellos, así como a migratorias, algunas de ellas en peligro de desaparición. Protegen las costas de tempestades, riadas, maremotos y tsunamis, succionando y atesorando el agua, así como de la degradación afianzando la arena del litoral. Un 80% de ejemplares acuáticos necesitan los manglares para sobrevivir.
El 70% de los manglares de Ecuador han sido aniquilados por la producción de langostinos y gambas. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en los últimos 20 años han sido destruidos una cuarta parte de los manglares y otros ecosistemas litorales de gran valor ecológico en zonas tropicales.
La acuicultura intensiva en los manglares contribuye a la desaparición progresiva de la masa forestal y en consecuencia al calentamiento global. Como vemos, una vez más, la actividad humana desafía la vida presente y futura de todos los seres de la Tierra.
La demanda de países como Estados Unidos, Unión Europea y Japón, impulsa este procedimiento de cultivo insostenible, ocupando España la tercera posición a nivel mundial de importación de langostinos, tras Estados Unidos y Japón. Pero, además, España es el primer país importador de langostinos de Europa con la compra del 35% anual de un total de 150.000 toneladas adquiridas por la Unión Europea.
Los langostinos procedentes de los criaderos intensivos son alimentados con harinas y piensos derivados de la captura de peces pequeños en libertad. Se necesitan unos 3 kilos de distintas especies para cosechar un kilo de langostinos. Esto es totalmente insostenible y nada ecológico, suponiendo una gran presión sobre las reservas de peces libres como las sardinas, caballas, boquerones, que son con los que se sustentan, pero que también son un alimento para el ser humano, lo que conlleva un desequilibrio de los ecosistemas marinos. En estos criaderos se utilizan antibióticos, pesticidas y otros desinfectantes para impedir enfermedades y conseguir enormes beneficios, lo que supone efectos implícitos en la salud de los consumidores.
El langostino cultivado ha dejado de ser un producto de lujo siendo en la actualidad más asequible, debido a la industria intensiva e insostenible que contamina los ecosistemas poniendo en peligro la salud de las localidades cercanas y del consumidor. Los langostinos congelados que compramos se les introducen antibióticos y conservantes para mantener su aspecto jugoso por el largo trayecto desde su punto de origen hasta el de venta.
Existe otra forma de captura que ocasiona grandes perjuicios a los fondos marinos. Esta técnica llamada pesca de arrastre captura todo tipo de especies y destruye corales y praderas de plantas. Consiste en una gran red con puertas y plomos que apresa todo lo que encuentra a su paso sin ningún tipo de selección, siendo muy destructiva para el ecosistema. Por un kilo de langostinos se tiran por la borda 20 kilos de otras especies marinas, según la FAO.
Hay que ser más rigurosos al comprar marisco o pescado, rehusando los que puedan generar huella en el medioambiente afectando a los ecosistemas. No consumir langostinos de cultivo o tropicales, y de pesca de arrastre. Comprar artículos autóctonos o cuya pesca proceda del litoral más cercano, mejor si es de pesca artesanal o extractiva, ya que el género estará más fresco y su calidad será superior. Con denominación de origen, a ser posible.
Si no protegemos los ecosistemas, si los manglares desaparecen nuestra vida está en peligro. No al consumo de langostinos, gambas…que procedan de cultivo o de capturas que destruyan nuestro hábitat.
¿Qué te parece este tipo de cría o pesca? ¿Lo conocías?
Totalmente de acuerdo, Pilar. Tu blog es, aparte de muy necesario, totalmente instructivo. Además de dar buenos y necesarios consejos, también me enseñas muchas cosas que desconocía. Una vez más, gracias, Pilar.
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Yo también estoy aprendiendo a medida que avanzo con las publicaciones. Muchas gracias y espero poder seguir adelante por mucho tiempo y poner mi granito de arena en estos temas tan importanes
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Muy buen artículo. He visto estas barbaridades en un viaje por Ecuador… y no, gracias.
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Me alegro mucho de tu sabia elección.. Muchas gracias por pasarte por aquí
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Hoy precisamente en el líd habían langostinos provenientes de Ecuador y Venezuela me llamo la atención por ser uno de ellos mi país de origen y por eso estoy aquí investigando donde en vene,uela se producen y como porque tiene certificado de pesca sostenible, hablándolo con el grupo de mi familia un primo que hay en Ecuador me dijo que viajo a las playas y vio estos criaderos inmensos, una pena saber esto.
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Realmente es muy triste, pero está en nuestras manos el no consumir productos cultivados en criaderos.
Muchas gracias por leerme
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